Ser autónomo hoy día es relativamente sencillo (ya que tenemos muchas facilidades para ello) aunque no todo es un campo de rosas; también implica cumplir con una serie de obligaciones y responsabilidades como las obligaciones fiscales, popularmente conocidas como impuestos.
Y es que, a diferencia de los trabajadores convencionales que reciben un salario mensual, los autónomos deben enfrentarse a una compleja estructura de impuestos que afectan tanto a sus ingresos, como a sus beneficios.
Precisamente, como exponen los asesores de Martín Laucirica, una de las preguntas más frecuentes que hacen las personas que están interesadas en el mundo del emprendimiento es la siguiente: ¿Qué tipo de impuestos se paga por autónomo?
Si quieres conocer la respuesta, debes saber que en este artículo te la daremos con todo lujo de detalles ¡no te lo pierdas!
Tipos de impuestos que debe pagar un autónomo.
Trabajar por cuenta propia te libra de tu jefe, del ambiente laboral tóxico, de aguantar comportamientos indebidos y desempeños laborales que no te corresponden por miedo a perder tu trabajo… ¡pero no te libra de pagar impuestos!
Los impuestos son un dinero que las personas y las empresas deben pagar al gobierno, ya que se utilizan para financiar servicios públicos como los hospitales, las escuelas, las carreteras o la policía. Estos son obligatorios y se basan en los ingresos que ganas o en las cosas que compras; su propósito es asegurar que todos contribuyan al bienestar común y al funcionamiento del país.
En este caso, los autónomos deben encargarse de los siguientes impuestos:
- Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
El IRPF es uno de los impuestos más relevantes para los autónomos, ya que declara la renta obtenida por su actividad económica.
A diferencia de los empleados por cuenta ajena, los autónomos no tienen una retención automática en sus ingresos, por lo que deben realizar pagos fraccionados trimestrales según la estimación de beneficios realizada. Este pago se calcula aplicando una escala progresiva que varía dependiendo del nivel de ingresos anuales.
Es importante destacar que los autónomos pueden deducir una serie de gastos relacionados con su actividad económica, como el alquiler de local, los suministros y el material de oficina, entre otros, lo cual puede reducir la base imponible sobre la que se calcula el IRPF.
- Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).
El IVA es un impuesto indirecto que se aplica sobre el consumo y que afecta a la mayoría de las operaciones realizadas por los autónomos.
Éstos deben reflejar el IVA en las facturas que emiten por sus productos o servicios (en España es del 21%, aunque existen tipos reducidos del 10% y del 4% aplicables a ciertos productos y servicios esenciales) Los autónomos deben presentar regularmente las declaraciones trimestrales de IVA mediante el modelo 303, en el cual se detallan tanto los ingresos como los gastos que han generado derecho a deducción.
- Impuesto de sociedades (para sociedades y determinados autónomos).
Si el autónomo realiza su actividad a través de una sociedad, entonces deberá presentar el Impuesto de Sociedades. Este impuesto refleja los beneficios obtenidos por la empresa y se calcula sobre la base imponible, ajustada de acuerdo con la normativa fiscal vigente.
La tasa general para las pequeñas y medianas empresas es del 25%, aunque pueden aplicarse tipos reducidos dependiendo de ciertas condiciones específicas.
- Retenciones e ingresos a cuenta.
Además de los pagos trimestrales de IRPF, los autónomos también deben practicar retenciones e ingresos a cuenta en diversas situaciones; por ejemplo, al realizar pagos a otros autónomos por servicios prestados, deben aplicar una retención sobre el importe pagado y posteriormente ingresarlo en Hacienda mediante el modelo 111.
Esta retención es un adelanto al IRPF que el receptor deberá regularizar en su declaración anual de la renta.
- Otros impuestos y obligaciones fiscales.
Por otro lado, los autónomos deben estar al corriente de otras obligaciones fiscales y tributarias específicas, como el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (ITP y AJD), el cual se aplica en ciertas transacciones y contratos. Además, deben cumplir con las cotizaciones sociales a la Seguridad Social, que se calculan según las bases de cotización elegidas y son obligatorias para acceder a prestaciones como la jubilación, la incapacidad temporal o la asistencia sanitaria.
Como ves, los autónomos también deben cumplir con una serie de obligaciones legales al igual que los trabajadores asalariados, y en este caso, a muchas personas les parece un punto negativo, ya que defienden que como autónomo se debe pagar demasiado en comparación con la declaración que se realiza como trabajador convencional.
¿Tú que opinas? ¿Pagan demasiado los autónomos?
Sea como sea, seguro que es mejor que trabajar para otra persona ¡no lo dudes!